Comedia española protagonizada por Jordi Sánchez y dirigida por Álvaro Díaz Lorenzo, en la que se aglutinan una serie de circunstancias inhabituales pero cada vez más visibles y frecuentes, que vienen a chocar con la mentalidad de ayer mismo y que hoy parece anquilosada en un pasado remoto, ni tanto.
Gregorio (Jordi Sánchez), un hombre de negocios de ideas conservadoras y ferreas se ve golpeado por la pérdida de su esposa, la cual deja como última voluntad que su marido y sus hijos vayan juntos a Sanlucar de Barrameda, a esparcir sus cenizas en el Guadalquivir. Gregorio anda bastante distanciado de sus hijos ya que estos no llevan la vida que éste hubiese querido para ellos: su hija Sandra está casada con Jordi, un catalán muy cerrado y profundamente culé; su hija Alicia está saliendo con Leo, un antisistema desvergonzado enemigo del orden y de cualquier autoridad; y su hijo Carlos sale con Eneko, un vasco de origen senegalés.
Por la memoria de su difunta esposa, Gregorio hará un esfuerzo mayúsculo e irá hasta Sanlucar con su hijo e hijas y sus respectivos, en un viaje complicado, que pondrá a prueba su paciencia y su aguante. Una vez en la localidad gaditana, la convivencia con tan dispares personajes le llevarán al límite ¿Podrá arreglar la mala relación que tiene con sus hijos?, ¿y con sus yernos?.
Gregorio (Jordi Sánchez) almorzando con sus hijos y sus yernos |
La cinta de Díaz Lorenzo trata de explotar al máximo los tópicos estereotipados de los distintos personajes que aparecen en pantalla, hippie, catalán, gay, etc. no consiguiendo en demasía llegar a buen puerto, si bien no termina ofendiendo a nadie tampoco es que consiga lo opuesto. Sin duda lo mejor de esta comedia es el reparto (Megan Montaner, Eduardo Csanova, Salvador Reina, Paco Tous, Boré Buika, etc.), y aunque sirve para pasar el rato no se puede garantizar que éste sea genial, a duras penas agradable.