Película protagonizada por Natalia de Molina y dirigida por el debutante Juan Miguel del Castillo. Si bien la película es de 2015, la historia que nos relata es de tres años atrás, de un 2012 azotado por la crisis económica más brutal de los últimos tiempos.
Rocío (Natalia de Molina) camina junto a su hijo Adrián (Gaspar Campuzano) |
Rocío (Natalia de Molina) es una madre soltera que malvive junto a su hijo Adrián (Gaspar Campuzano) de ocho años en un piso de Jerez, cuyo alquiler no paga desde hace ocho meses. Le han cortado la luz y apenas tiene recursos para poder afrontar el día a día, el poco dinero que consigue lo obtiene mediante su esporádico trabajo como repartidora de publicidad de un "compro oro", un negocio de tantos que buscan hacer dinero a costa de la crisis.
Los asuntos sociales parecen tener intención de ayudarla pero la burocracia es lenta e insensible. Su situación de extrema pobreza y el hecho de tener un niño pequeño la ponen en el disparadero como firme candidata a que le quiten la custodia de su hijo. Rocío es luchadora y no se rinde, busca trabajo de lo que sea pero no sale nada, tiene que pagar el alquiler ya que el dueño del piso no le da más prórroga pero su hijo también tiene que comer... cada vez está más débil, cenando a base de colacaos y si hay dinero salchichas.
Rocío, como muchas madres y padres están dispuestos a hacer lo que sea por sus hijos, para que puedan comer, por ello no duda en intentar robar en el mismo supermercado en el que solicita empleo, rebusca en la basura e incluso monta un improvisado topmanta con artículos sacados de un vertedero. Cada vez más sumida en su profunda marginalidad social no tiene capacidad para soñar con un futuro mejor, sólo piensa en la forma de darle a su hijo de comer mañana y si hay suerte comer ella también.
Tremendo retrato social de una crisis económica brutal que, como suele ser habitual, se cebó con los más débiles. Muchísima gente pasándolo mal, ... sin luz, sin agua, sin pan. Impresionante interpretación de Natalia de Molina, por la que obtuvo el merecidísimo Goya a Mejor Actriz.
Esta película, sencilla y austera, fiel a la realidad que representa, debería ser de obligado visionado en muchos colegios y universidades, así como en el mismísimo Congreso de los Diputados que todavía hay politiquillos que no se enteran de la realidad de su pueblo, pues aunque la cosa haya mejorado siempre quedan rescoldos.
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