martes, 10 de enero de 2017

Mi Amigo El Gigante

Truño de 2016 dirigido por Steven Spielberg, quizás sea esto lo que más llame la atención, que un director de estas características de a luz una cosa así. La película no es ni demasiado infantil como para pensar que me pueda resultar pesada por la nula exigencia racional, nada de eso, es infantil sí pero apta para un público algo más mayor, aún así es poderosamente cansina.

Sofía  (Ruby Barnhill) en la cueva donde vive el gigante

Una niña vive en un orfanato junto con otras chicas que esperan ser adoptadas algún día, el orfanato en sí no es severo, ni tan siquiera sus dirigentes pueden considerarse malvados y todo ello pese al aspecto tenebroso con el que se nos presenta. A Sofía (Ruby Barnhill) le gusta leer y pasear por las estancias del hogar con libertad, lo hace de madrugada pues padece insomnio.

Una noche escucha ruido fuera, en la calle, por lo que descorre las cortinas y se asoma a la amplia ventana que da paso a una gran terraza, en las sombras de la noche descubre la presencia de un ser enorme, de apariencia humana pero de tamaño colosal, se trata de un gigante que al percatarse que la niña lo ha visto no puede mas que cogerla con su enorme mano y llevársela consigo.

En el país de los gigantes, Sofía pregunta porqué se la ha llevado, porqué la ha secuestrado, el gigante (Mark Rylance) asegura que tenía que hacerlo para así evitar que la niña les contase a todos que existían los gigantes y quisieran dar con ellos y eliminarlos o cazarlos para después exponerlos como en un circo o en una humillante atracción de feria.

Poco a poco la chica se va haciendo amiga del que ella denomina "grandullón", sin embargo, tal "grandullón" resulta pequeño en comparación con otros gigantes que practicamente lo doblan en tamaño y en volumen y de los cuales es víctima cada día, teniendo que soportar las burlas de estos así como el maltrato continuado físico y psicológico, hasta que Sofía comienza a ayudarle, dándole valor y un plan, un plan para poner a raya a tan despreciables individuos.

Sofía sentada sobre una de las manos de su amigo el Gigante (Mark Rylance)

Sin fondo y casi sin forma, sin una intención clara, sin moraleja ni lección a aprender, ... eso sí un buen despliegue técnico, con muy buenos efectos pero poco más, ni diálogos (llega a cansar sobremanera la forma tan mala y ridícula de hablar del gigante), ni estructura, ni guión,... no puedo destacar casi nada de esta película que no dudo que haya representado fielmente el cuento de Roald Dahl pero que no transmite, no hay magia en esta cinta de Spielberg.

Perfectamente prescindible.




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