viernes, 5 de febrero de 2016

Anacleto: Agente Secreto

Con motivo de la inminente celebración de la 30ª edición de los premios Goya, aquí os traigo una de las películas nominadas, concretamente Anacleto: Agente Secreto que luchará por el premio a mejor sonido y a los mejores efectos especiales.

Anacleto (Imanol Arias)

Anacleto es un personaje creado por el historietista de tebeos Manuel Vázquez Gallego, allá por la década de los 60, para la Editorial Bruguera. En esta ocasión el personaje ve materializada su figura a través de la película de Javier Ruiz Caldera, siendo Imanol Arias el encargado de darle vida.

Un espía, un "james bond" a lo español pero cutre, un agente secreto cuya tapadera es elaborar embutidos, ese es Anacleto. Serio, eficaz, elegante, de espigada figura, de sonrisa difícil pero muy profesional, con un punto débil, su hijo Adolfo, encarnado por Quim Gutiérrez. La relación es complicada y por ello casi inexistente, no obstante Adolfo siempre ha requerido el cariño de su padre, aunque éste nunca estaba,... siempre de misión en misión, salvando el mundo.

La fuga de la cárcel de Vázquez (Carlos Areces), el archienemigo de Anacleto, hace que Adolfo pase a primer plano. Vázquez promete a Anacleto que irá a por su hijo en venganza por haberle metido en la cárcel. Ahora le tocará a Anacleto llevar a cabo una misión novedosa, salvar a su propio hijo.

Adolfo (Quim Gutiérrez), hijo de Anacleto

En un cuarto de vigilancia de un supermercado pasa las noches Adolfo, junto a su amigo y jefe Martín (Berto Romero), quien también es hermano de su novia Katia (Alexandra Jiménez). La vida de Adolfo es un despropósito, su trabajo le aburre, no tiene carnet de conducir, lo más emocionante que hace es ver una película en el sofá de su casa y para colmo su novia se ha cansado de él y aburrida por la falta de emociones ha decido dejarlo.

Ante todo este panorama se desarrollará una historia de acción, desamor, comedia y absurdo, mucho absurdo pero sorprendentemente coherente. El mundo de Vázquez en todo su esplendor.

No se trata de una comedia tronchante, no conseguirás echar la carcajada a menos que tu listón de risas esté bastante bajo pero, sin embargo resulta simpática, en gran parte debido a la figura de Adolfo (Quim Gutiérrez) que realiza una muy buena interpretación, aportando el humor necesario para que la cinta de Caldera no flojee.

La película en su conjunto es redonda, bien argumentada, bien dirigida, muy visual, con muy buenos efectos técnicos, cumple con creces con lo que se espera de ella, no defrauda, no cautiva pero entretiene.


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