Película inglesa de 2015 dirigida por Ben Palmer que cuenta una historia de amor enquistada precisamente en el desamor y la mala fortuna de cara a encontrar a la persona adecuada.
Una mujer de 34 años, soltera y frustrada empieza a descartar la idea de encontrar pareja pese a la insistencia de su propia hermana de que lo haga, para lo cual no cesa de concertarle citas a ciegas o presentarle a amigos de amigos pero nada, la cosa nunca funciona, parte de culpa tiene la propia Nancy (Lake Bell) reacia y poco lanzada, que no parece tener el valor suficiente para arriesgarse.
Jack (Simon Pegg) y Nancy (Lake Bell) |
De viaje a Londres, para celebrar el aniversario de boda de sus padres, conoce a una tal Jessica quien le cuenta que va a Londres para verse con un hombre con el que ha quedado en una cita a ciegas, Nancy de inmediato le afirma que no funcionará, tiene experiencia en ello y desde ya sabe que no funcionará, Jessica no pierde la ilusión y le recomienda a Nancy que lea el libro que ella misma porta para que el hombre con el que ha quedado la identifique, un libro de autoayuda en el que Nancy por supuesto no cree. El tren llega a la estación y Jessica baja de él, mientras Nancy duerme, olvidando el libro, Nancy corre tras ella para dárselo pero no logra alcanzarla, con quien si se topa es con Jack, el hombre con el que Jessica había quedado, Jack (Simon Pegg) es un divorciado de 40 años dispuesto a rehacer su vida y que nada más ver a Nancy entabla conversación presentándose, indicando su situación y su ilusión por encontrar de nuevo el amor. Nancy lejos de sacarle del error le sigue la corriente haciéndose pasar por Jessica.
Bajo este argumentario se desarrolla una película con tintes cómicos y románticos que en ningún momento llega a ser una buena película de amor y aún menor de humor. Si bien los diálogos no pierden ritmo, no provocando vacíos de guión, si que no llega a enganchar como debiera. Tampoco es capaz de provocar carcajada alguna, sólo entretiene, que no está mal como base para gastar hora y media de tu tiempo. Se me ocurren miles de opciones mejores para ver, aunque Simon Pegg puede ser una buena razón para ver "Amor sin cita previa", el inglés lleva el peso de la cinta de Palmer con soltura y suficiencia, todo lo contrario que su compañera Lake, muy perdida, sin chispa, mal.
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