lunes, 7 de noviembre de 2016

Objetivo: Londres

Secuela de "Objetivo: La Casa Blanca", en esta ocasión dirigida por el iraní Babak Najafi, sigue la línea de su predecesora, posiblemente con algo menos de acción pero algo más de espectacularidad. Aaron Eckhart vuelve a encarnar al presidente de los Estados Unidos del mismo modo que Gerard Butler continúa siendo su fiel escudero, Mike Banning, jefe de su servicio secreto y protección personal.

Mike Banning (Gerard Butler) junto a Aaron Eckhart (presidente de USA)

El primer ninistro británico ha fallecido y los principales líderes mundiales acuden a su funeral, fuertes medidas de seguridad se preven para la ciudad de Londres, no obstante Mike Banning no las tiene todas consigo, no se fía de que los protocolos de seguridad de cada país representado con sus respectivos líderes políticos puedan llegar a coordinarse bien. Todo debe encajar bien para que la seguridad esté garantizada pero, los terroristas comandados por Aamir Barkawi (Alon Aboutboul) están perfectamente coordinados, con un nivel de organización que roza la perfección, no obstante llevan años preparando su ataque terrorista sobre la ciudad de Londres y sobre los líderes congregados pues, la muerte del primer ministro no ha sido casual, fue provocada, fue envenenado.

Infiltrados en la policía, bomberos y equipo sanitarios, los terroristas se hacen con la ciudad y matan a los líderes, a todos menos al estadounidense que bajo la protección de Banning logra escapar pero, el cerco sobre ellos es constante y angustioso, tendrá que tirar de heroismo para mantener a salvo al presidente mientras llega el equipo delta procedente de Sicilia. De nuevo un topo parece el responsable de tan terrible masacre, habrá que dar con él, en ello trabaja el servicio secreto británico, del mismo modo que la responsabilidad de la primera potencia mundial es acabar con el líder terrorista, misión que cumpliran con brillante eficacia.

Fotograma en el que aparece la Abadía de Westminster siendo derruida

Sobresale la espectacularidad con la que los principales enclaves londinenses son atacados y destruidos, en un alarde magnífico de efectos técnicos. Buena fotografía y buen ritmo marcan la cinta de Najafi consiguiendo que la película se haga corta y te quedes con ganas de más. Si bien las interpretaciones son normalitas, la trama no exige más, cumplen en credibilidad y Gerard Butler lidera con autoridad el protagonismo que se le asigna.

Vería con gusto una tercera parte aún sabiendo que el argumento sería basicamente el mismo.



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