Warcraft: El Origen

Película estadounidense de 2016 de corte épico-fantástica, basada en el videojuego de nombre homónimo ("Warcraft"). Escrita por Charles Leavitt y Duncan Jones, siendo este último también el director de la misma.

"Warcraft: El Origen" nos presenta una historia hartamente elaborada con una gran profundidad cuya trama nos costará entender si no tenemos unos conocimientos previos del "mundo warcraft". Orcos, enanos, humanos, magos, guardianes, grifos,... reinos, clanes,... con menos solemnidad que "El Señor de los Anillos" pero con la misma, o casi la misma, extensión y complejidad.

Durotan  (Toby Kebbell) jefe del clan Lobo Gélido

  

Si no la has visto a partir de aquí se cuenta la película entera.

Draenor, el mundo de los orcos y demás draenianos está en un proceso irreversible de destrucción, ya no quedan ni árboles, por lo que la idea de Gul'dan (Daniel Wu), brujo orco, de construir un portal para abandonar Draenor y pasar hacia el mundo de Azeroth parece convencer a todos. Completar el portal exige muchas vidas draenianas pues la magia vil que practica Gul'dan se alimenta de las almas de cuantos más seres vivos posible mejor. Toda una horda de orcos se agolpa en las inmediaciones del portal cuando Gul'dan consigue abrirlo aunque sólo por unos momentos, suficientes para que una primera avanzadilla logre cruzar. Durotan (Toby Kebbell), jefe del clan Lobo Gélido cruza junto a su esposa Draka (Anna Galvin), la cual se pone de parto de forma prematura tras el cruce, Gul'dan molesto por ver que Draka va con ellos en esa primera hornada, se enfurece pero la atiende en el parto a fin de reclutar al bebé orco para sus fines colonialistas. El bebé nace con un hilo de vida por lo que el brujo sacrifica la vida de un ciervo para insuflarle magia vil al pequeño, que recupera fuerzas tornándosele la piel verdosa, el mismo color que tiñe a la magia vil.

Los orcos azotan varias villas de Azeroth, lo cual llega a oidos del Rey de Ventormenta, Llane Wrynn (Dominic Cooper), así como al comandante de su ejército humano Anduin Lothar (Travis Fimmel), ambos se muestran preocupados, más aún cuando un joven mago llamado Khadgar (Ben Schnetzer), tras revisar varios cadáveres descubre que se ha usado magia vil, es el momento de convocar al Guardian del reino, a Medivh (Ben Foster), para que les ayude; Medivh es un brujo poderosísimo de hecho tiene encomendada la función de Guardian, puesto al que aspiraba Khadgar y cuyos estudios abandonó recientemente.

Garona  (Paula Patton)

Medivh los socorre y les ayuda en una primera lucha contra los orcos, en la que los contaminados por magia vil son destruidos por Medivh, no siendo este el caso de Durotan, ni de su amigo Orgrimm Martillo Maldito (Rob Kazinsky), en esa enfrenta Khadgar apresa a una mujer orco, una mestiza, mitad orco mitad humano, Garona (Paula Patton), "maldita" en idioma orco, esclava de Puño Negro, jefe de guerra de la horda. Llevada ante el Rey Llane, éste la libera a cambio se su lealtad, que comenzará por guiar a sus hombres hasta el campamento orco liderado por Gul'dan, allí se enteran de los planes del malvado brujo de traer al resto de la horda orca a Azeroth. Durotan por su parte no termina de comprender porqué el portal, la magia vil y el paso de los demás draenianos hacia Azeroth tiene que conllevar tantas muertes, ni porqué el único precio a pagar es la vida de cuanto ser viviente sea necesario para los planes de Gul'dan, por ello habla con su amigo Orgrimm y acuerdan tener un ecnuentro con los humanos. Durotan les plantea a Lothar, Llane y demás concurrentes a la reunión que no está de acuerdo con los planes del brujo orco y que deberían unir fuerzas para destruirlo, antes de que éste acabe también con Azeroth. En ese momento aparece Puño Negro y sus secuaces verdosos, los humanos se ven superados y proceden a retirarse pero en la batalla, el hijo de Lothar queda separado del resto por una barrera de energía que el propio Medivh ha interpuesto y que no logra quitar, ocasión que aprovecha Puño Negro para, ante los ojos de Lothar, asesinarlo cruelmente.

Gul'dan  (Daniel Wu) brujo orco que practica la magia vil

Una vez en el campamento orco, Durotan planta cara a Gul'dan y éste, poderoso por tanta magia vil, acepta el desafío. El combate no será limpio, Gul'dan utiliza magia vil para acabar con Durotan, lo cual provoca la desaprobación del resto de orcos que ya no aceptan a Gul'dan pero, el brujo usa con ellos magia vil y les ordena atacar a los humanos que ya se aproximan al asentamiento. De otro lado, Khadgar descubre que Medivh ha estado ayudando a Gul'dan, es mas ha propiciado una nueva apertura del portal, por el que han pasado numerosos orcos. Khadgar y Anduin Lothar enfrentan a Medivh que cae derrotado pese a destilar magia vil por cada poro de su piel, cuando está a punto de morir Medivh recupera su antiguo yo, ese de antes de que la maldad de esa magia destructora de Gul'dan lo poseyera, cierra el portal y lo abre posibilitando la huída de los humanos desde el campamento orco hasta el Reino de Ventormenta pero, las fuerzas le fallan y muere cerrándose el portal, el Rey Llane no logra cruzarlo y queda junto a unos pocos soldados y a Garona a merced de los orcos. Llane le pide a Garona que lo mate antes de que lo haga Puño Negro, de este modo ella se ganaría el favor de la horda y dada su bondad posibilitaría una futura paz entre orcos y humanos, llegado el momento, Garona afligida, acaba con la vida del Rey y la horda la acoge como heroína.

Khadgar  (Ben Schnetzer) y Anduin Lothar  (Travis Fimmel)

Lothar acude presto sobre el lomo de un grifo pero el Rey ha fallecido, lo ha matado Garona, quien se suponía leal al reino; Lothar se siente traicionado, perdió a su hijo y ahora pierde a Garona de la que empezaba a sentirse atraído. Lothar vuelve a montar sobre el grifo pero Puño Negro lo derriba y lo reta a un duelo a muerte, el jefe de guerra de los orcos se ve superior, poderoso por la magia vil insuflada por Gul'dan pero la destreza de Lothar es mayor y Puño Negro muere. El brujo, incapaz de asumir la derrota de su jefe de guerra, ordena a los orcos que maten a Lothar pero estos no lo hacen y a cambio le muestran su respeto. Lothar recupera el cuerpo de Llane y vuela al Reino de Ventormenta. En el funeral del Rey, humanos, enanos, elfos y demás estirpes de Azeroth firman una gran alianza para defenderse de los orcos.

Como sí fuese Moisés, el pequeño orco Go'el, hijo de Durotan y Draka viaja por un río acostado en una pequeña cuna, su madre tuvo que enviarlo rumbo a cualquier destino para evitar que Puño Negro lo matase, como si hizo éste con ella cuando intentó escapar disponiendo del tiempo justo para salvar a su hijo, ahora Go'el es recuperado en la orilla, en alguna parte del río, por un humano. 

Lo que sucederá a partir de ahora no lo sabemos pero, seguramente lo veremos en una próxima entrega, la trama queda abierta y la continuidad de la historia es obligada.

Lothar se dispone a enfrentar a Puño Negro

Duncan Jones dirige con muy buenas maneras una película de antemano muy compleja, con muchas historias paralelas, con muchos personajes y con la dificultad añadida de no enfadar a los seguidores del videojuego y ganarse a los desconocedores del "mundo warcraft". Hay que decir que la película no decepciona pese a tener que competir con el recuerdo en la memoria de "El Señor de los Anillo", la comparativa es inevitable pero, no debemos pretender que sean iguales, no lo son y eso es bueno. "Warcraft: El Origen" tiene personalidad propia, no creará fenómeno fan a nivel mundial pero su maravillosa fotografía, sus fantásticos efectos especiales, su riqueza sonora y paisajística la hacen ser una de las mejores películas del presente 2016.

Con un elenco bastante desconocido, destaca especialmente la interpretación de Paula Patton en su papel de Garona, como esclava resentida, asalvajada y temerosa, y Ben Schnetzer como Khadgar, el joven mago, de curiosidad atrevida, simpático, torpe y a la par sobradamente inteligente.

Sin duda, la película no se ve por los actores y eso puede ser un mérito de Duncan Jones, al apostar por personas menos conocidas y darle el protagonismo de lo atrayente a la propia película, aunque el riesgo es evidente, las taquillas son las que terminan hablando y han hablado y muy bien.