El título de esta película es en su esencia un término con el que se define a esas ciudades que ciertos autores de mapas de carreteras incluyen en sus obras para, en caso de ser copiados, poder demostrar ante un juez que efectivamente se produjo el plagio, ya que las ciudades de papel son ciudades inventadas, inexistentes.
En la película, las ciudades de papel van más allá del término descrito, también hay ciudades que existiendo físicamente pueden ser de mentira, así lo entiende y lo trasmite Jake Schreier, su director. Incluso pueden trasbasarse los límites urbanos y alcanzar a las personas, siendo estas igualmente personas de papel; existiendo pero no siendo conocidas en su realidad.
Una historia que apuntaba maneras, que se desarrollaba con frescura pero que nunca llegó a alcanzar la meta de un contenido cerrado. Un descenlace filosoficamente ambigüo sustentado en la felicidad de un final que se presupone pero que no se palpa. La película habla de los milagros que a cada uno le aguarda el destino, no habiéndo ninguno para la propia película.
Quentin (Natt Wolff) y Margo (Cara Delevigne), escena en la que ella le pide ayuda. |
Alerta Destripe/Spoiler
Chico conoce a chica que siendo su vecina de enfrente recién mudada no va más allá que a compartir ligeramente una infancia tranquila. La adolecencia lo complica todo, no para el chico, que con las ideas claras mantiene un amor platónico con la chica mientras ella vive su vida y sus novios a su ritmo. Quentin (Natt Wolff) sigue mirando cada día por la ventana con la intención que desde la casa de enfrente se produzca la simétrica respuesta desde los ojos de Margo (Cara Delevigne), esto no sucederá jamás. Margo sólo se acuerda de Quentin cuando necesita que la ayude en su misión de vengarse de todos aquellos que le hicieron mal, desde su novio infiel a su mejor amiga que, en su opinión, no demostró serlo. Quentin accede a ello viendo en tal aventura un despertar de su amor dormido, una posibilidad de que Margo por fin entrase en su vida. Al día siguiente ella desaparece. Los padres de Margo no se alarman, están acostumbrados a que su hija haga eso, desapareza y reaparezca cuando necesite dinero. Algo dificil de digerir tratándose de una niña de 17 años.
Quentin no puede entender que ella desaparezca ahora que todo parecía reconducirse (sólo para él) y decide buscarla. Encuentra pistas que ella le había dejado y comienza a seguirlas, los amigos del chico, incluida la cuestionada mejor amiga de Margo, le acompañarán en un viaje expontáneo, en el coche de su madre, sin preaviso, desde Orlando hasta el estado de Nueva York, donde según un mapa de carreteras de Margo aparecía una ciudad de papel. Los chicos llegaron allí, tranquilamente sin tener que dar cuenta alguna a sus padres, aunque se ausentaran de sus casas por más de 26 horas de ida y otras tantas de vuelta, lo que vuelve a hacer algo indigesta la trama. Los adolescentes tiran la toalla al no dar con Margo, salvo Quentin que decide quedarse en aquel punto geográfico señalado por su amada. De repente, Margo pasa por su lado como un espectro, él soprendido corre hacia ella, que se sorprende aún más de verlo allí.
Margo le pregunta literal "¿qué haces aquí?", logicamente él se contraría y le responde que en su busqueda siguió sus pistas con la esperanza de encontrarla. Ella confusa no entiende porqué la busca, aclarando que lo de dejar pistas es una costumbre que tiene, dejando entrever que su objetivo no era para nada que él la buscase. Lo cierto es que las pistas llevaron a Quentin hasta ella, él logró encontrarla y ahora ella preferiría que no lo hubiese hecho. Quentin le declara abiertamente su amor y Margo le contesta diciendo "no me quieres, ni siquiera me conoces, ni yo misma me conozco, por eso estoy aquí". Él no sabe que decir ni adonde mirar, es un shock quizás más para el espectador que para el propio protagonista. Más de 2.000 kms de viaje para nada, para que lo rechace tanto a él como al proyecto de vida en común que ya el chico tenía pensado, con casa, hijos, trabajo. Ella simplemente, en un alarde de falsa madurez, opta por buscar su felicidad en el día a día, sin certeza ni seguridad, seguir su camino aunque no lo tenga ni sepa donde está. Para más inri, él lo acepta de buen grado, comprendiendo perfectamente lo que ella le dice con el único argumento de que la mitificaron ( no tiene abuela) y que en realidad ella no es quien todos piensan que es, ni él mismo. Quentin coge el primer autobús a Orlando donde se gradua y se despide de sus compañeros de instituto.
Quentin junto a sus mejores amigos, Radar y Benner. |
Schreier confecciona una buena película, donde sobresalen las actuaciones de los secundarios, no tanto de Cara Delevigne que en su papel de Margo apenas aparece en escena, mas que al principio para desencadenar la trama, y al final para dar un cierre pobre en interpretación y aún peor en descenlace. El viaje de los adolescentes resulta motivador, el ímpetu y los logros personales de cada uno de ellos son reconfortantes, mientras que la búsqueda de una Margo impasible y por momentos propotente no conecta con el espectador, no apetece mucho como final feliz para un Quentin que a la hora de la verdad resulta ser el verdadero miembro maduro de una relación que no cuaja, y a dios gracias no lo termina haciendo. Quentin merece algo más que una niña que quizo ser más de lo que pudo; su pretención la ahogó y aún ahogada quiere seguir dando lecciones de vida, como si tuviese la madurez necesaria para ello. Ella es la verdadera figura de papel.
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