Marvel parodia a Marvel, así podría resumirse esta divertidísima película de Tim Miller, y es que cada aspecto, cada detalle, es un reirse de sí mismos y sin embargo no deja de ser una peli de superhéroes (o lo que sea Deadpool).
Deadpool (Ryan Reynold) |
La cinta cuenta la historia de un hombre, exmilitar, ahora mercenario, que encuentra a la chica perfecta pero una dura enfermedad le llevará a someterse a un tratamiento brutalmente agresivo con el que además de curarse, le prometen que adquirirá habilidades especiales, Wade Wilson (Ryan Reynold) acepta, lo que no sabe es que su caso no deja de ser un experimento más del maquiavélico Ajax (Ed Skrein) o Francis como lo llama Deadpool/Wade Wilson, que no termina de salir como esperaba, la desfiguración de Wade es total.
Lejos de deprimirse Wade adopta una actitud positiva, muy positiva y se enfunda en un traje rojo y una máscara para, bajo el nombre de Deadpool, vengarse del que lo dejó así tomando al humor como su mejor aliado. De esta forma la película se convierte más en una comedia que en una peli de acción, aunque la acción no es que falte ni mucho menos.
Ryan Reynold borda el papel de superhéroe políticamente incorrecto, su personaje es más un antihéroe que otra cosa, es un luchador feroz contra la injusticia y contra los villanos, mostrándose feliz y gozoso cuando acude a enfrentarlos y darles acero, bien con sus catanas bien con sus pistolas, metralletas, granadas,... o con su mala boca, irrefrenablemente mal hablado.
Tim Miller debuta en dirección de forma brillante con una película bestial, con humor a tope, violento y soez y sin embargo nada incómodo, que no decepciona ni a los amantes del género superhéroe, tipo X-Men (a los que también parodia), ni a los que buscan entretenerse y ver una buena peli con las que echar unas risas. La diversión está garantizada.
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